1/1/97

Marcello Mastroianni en el recuerdo


Por Pablo Lettieri
Publicado en LOS INROCKUPTIBLES

«Te llamo porque necesito un rostro sin personalidad, como el tuyo». Así fue como el genial Federico Fellini le ofreció, por teléfono, ser el protagonista de La dolce vita (1960). Eso lo humilló, pero igualmente aceptó el papel. Y ese film le permitió por primera vez lograr un personaje a la altura del talento que ya había demostrado en el teatro, especialmente cuando lo dirigió Luchino Visconti en La muerte de un viajante, de Arthur Miller.
Desde entonces, en más de 150 films, menos westerns, Marcello Mastroianni hizo de todo: trabajó en todos los géneros y prestó su artesanía de actor laborioso en películas de todas las calidades, desde verdaderas joyas hasta algunas que bordean el ridículo.
Ese rostro impersonal según Fellini, máscara de agradable italiano casanova, mezcla de melancólico y apasionado, frágil e inocente, le sirvió sin embargo para que cualquier espectador, más allá de su edad, su nacionalidad o su condición social pudiera reconocerse en él. Porque Marcello siempre fue él mismo. Y con ese "rostro impersonal" construyó la mirada más expresiva --junto con la Sordi y la de Gassman--del cine italiano de posguerra.
Sin conocer la triste noticia de su desaparición, el Teatro General San Martín organizó para enero unas Vacaciones en Italia, maratónico recorrido por lo mejor de la cinematografía de ese país, que incluye grandes clásicos de Luchino Visconti, Federico Fellini, Vittorio De Sica, Ettore Scola, Roberto Rossellini, Ermano Olmi y los hermanos Tavianni, entre muchos otros.
En varios de esos films, podremos rencontrarnos con el gran Marcello, símbolo para siempre de un país y de una época.

La Venus de papel

Por Pablo Lettieri
Publicado en LA PRENSA

Una de las certezas que nos depara este fin de siglo es la buena salud que gozan los géneros literarios. Para probarlo, allí está todo tipo de colecciones y antologías que reúnen los “mejores” cuentos policiales, fantásticos, de terror, de amor o de suspenso...
No tuvo la misma suerte la narrativa erótica, pocas veces objeto de reflexión y valorización, relegada a apariciones en revistas literarias y hasta censurada.
Mempo Giardinelli y Graciela Gliemmo intentan reparar la ausencia reeditando una antología del relato erótico aparecida en 1993 y ahora revitalizada con la inclusión de nuevos textos. Ella busca –según los compiladores— dar cuenta de una obra que no está por hacerse, sino que ya está escrita. Lejos de considerar al erotismo en la literatura como un tema, la intención es descubrir el grado de conciencia de género que tuvo cada uno de los escritores al escribir su obra.
Así, esta antología evita la visión cronológica, temática o sociológica, para centrarse exclusivamente en el valor literario de cada relato en sí mismo, independientemente de su ubicación genérica.
El resultado es un puñado de muy buenas narraciones que abrevan en el erotismo desde la sensualidad, las fantasías y las obsesiones con el cuerpo y con sus zonas, aunque algunos relatos presenten dudas acerca de su pertenencia plena a la consigna que los agrupa.
La reflexión crítica que hace Graciela Gliemmo en el posfacio sobre los tópicos de la literatura erótica, sus principales autores autóctonos y su evolución histórica, complementan esta interesante selección de un género habitualmente frecuentado a escondidas.

La Venus de papel. Antología del cuento erótico argentino.
Mempo Giardinelli y Graciela Gliemmo (compiladores) Editorial Planeta. 236 páginas. 

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