2/2/15

Todo pintado


Por Pablo Lettieri

No es una novedad que, en los últimos años, las paredes de Buenos Aires exhiben una multiplicidad de colores y formas inimaginable décadas atrás. Grafitis, esténciles, murales e intervenciones varias, hacen del street art (arte callejero), una de las experiencias artísticas de mayor impulso en la ciudad. Inspirados por artistas como el británico Bansky –el pintor callejero más famoso a nivel global de quien, sin embargo, nadie conoce su rostro–, crece en todas partes el prestigio de los artistas callejeros porteños al tiempo que Buenos Aires gana un lugar de privilegio entre las ciudades que mejor expresan este fenómeno. Así los demuestran los tours grafiteros por Palermo, Belgrano, Colegiales, Barracas, San Telmo  (los barrios más intervenidos), las muestras del Centro Cultural Recoleta y el Palais de Glace, o el nivel alcanzado por artistas como Alfredo Segatori, Lean Frizzera, Martín Ron y Alfredo Genovese, quienes nada tienen para envidiar a los más importantes referentes del street art internacional.
Pero mucho antes del surgimiento de este fenómeno, cuando en las paredes de la ciudad sólo predominaba el gris –con el célebre Caminito de Quinquela Martín como única excepción–, hubo alguien que imaginó dotar de formas abstractas y colores contrastantes a los frentes de las casas de la calle en la que nació. Se trata de Marino Santa María, uno de los más destacados artistas argentinos, responsable de haber modificado definitivamente el aspecto del pasaje Lanín, en el barrio de Barracas, para transformarlo en un espacio para el arte público.
“Hacía tiempo que necesitaba una forma de comunicación diferente con el público. En mi estudio, siempre trabajé con las ventanas abiertas. Y los vecinos que pasaban se ponían a conversar conmigo y a espiar lo que estaba pintando, una forma de trabajo bien diferente de aquella del artista que crea encerrado en su taller con música de fondo”, cuenta Santa María mientras señala la ventana de la casa donde nació y vivió buena parte de su vida, que efectivamente se encuentra siempre abierta. Poco después, comenzó a pintar la fachada de su propio taller, para extenderse a las de las casas aledañas y luego, por pedido de los vecinos, intervenir la mayoría de las restantes a lo largo de las tres cuadras del pasaje. “Pensé en trabajar a partir de la abstracción y no con temas que, se supone, hacen a la tradición de Barracas, como los obreros o el tango”, señala Marino, quien inauguró el proyecto el 19 de abril de 2001, con una gran fiesta callejera con artistas y vecinos. Y desde 2005, comenzó a incorporar mosaico veneciano y azulejo con la técnica del trencadís a todas las fachadas, para conservar mejor el color original. “Para mí, Barracas es lo que Casapueblo fue para Páez Vilaró”, confiesa el artista, quien dedicó a este barrio sus mayores esfuerzos. Como testimonio de su compromiso afectivo están sus obras en la Ex Casa Cuna, la fachada del Hospital Británico o la muestra Memorias del Sur en la Fábrica Cassaforma, sin contar al famoso Lanín, que atrae turistas como moscas. Allí, Santa María desarrolla dos proyectos permanentes: uno educativo, gracias al cual chicos de más de 60 escuelas conocieron su trabajo para luego realizar su propio mosaico; y otro turístico, con interminables contingentes de extranjeros que diariamente visitan el pasaje. Pero no termina allí: Marino abriga nuevos proyectos; entre ellos, poder darle continuidad a la galería a cielo abierto que se extiende a lo largo del paredón del ferrocarril. En 2001, cuando inauguró el pasaje en plena crisis institucional del país, Marino expresaba que “el objetivo no del proyecto es convertir el pasaje en un museo al aire libre ni hacerlo peatonal al estilo de Caminito. Lo mejor sería que no pierda el ritmo que tiene para que el arte conviva con lo cotidiano. El arte público no tiene que tener funcionalidad, es simplemente para que esté al alcance de quienes no van a los museos”. A juzgar por la sonrisa que exhibe su rostro, pareciera que el objetivo fue satisfecho.

Marino Santa María
Calle Lanín 33 (C1274AEA) Barracas, Buenos Aires, Argentina
(54-9) (11) 5728-3364
marinosantamaria@hotmail.com

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