14/5/99

klezmer


Por Martín Liut
Publicado en LA NACION

Entre los innumerables dialectos que integran el mundo de la música popular, el klezmer es uno de los que más actividad y renovación tuvieron en los últimos años.
La palabra, una fusión de dos términos en yiddish que significa instrumento de música, es sinónimo de la música popular que surgió entre los judíos de Europa Oriental hace más de un siglo y que en la actualidad tiene grupos que lo practican en todo el mundo.
Si la música, al igual que los pueblos, puede ser nómada o sedentaria, el klezmer es un fiel representante del espíritu errante, no sólo del pueblo judío en la diáspora, sino también de las diferentes etnias que habitan en esa franja que va desde los Balcanes hasta Polonia, pasando por Rumania y Hungría.
Como modernos juglares, los klezmorim eran los músicos encargados de llevar las canciones y las noticias entre aldea y aldea durante el siglo XIX hasta el comienzo del XX.
Usaban instrumentos fáciles de transportar para moverse de pueblo en pueblo (y para escapar con rapidez cuando hiciera falta) como el clarinete, el violín, la trompeta y el acordeón.
Bailes y fiestas populares eran y siguen siendo los ámbitos naturales para el klezmer, que como corresponde con su espíritu errante, no fue ni en Bulgaria, Polonia, Hungría o Rusia, donde resurgió, sino en los Estados Unidos, en Nueva York.
John Zorn, uno de los más destacados intérpretes y compositores del downtown neoyorquino fue uno de los principales impulsores por medio de su sello dedicado exclusivamente a grabar esta música tzkai.
¿Cómo suena el klezmer? Tiene muchísimos puntos de contacto con sus primas musicales nómadas de la Europa Oriental.
Más allá de los desencuentros raciales y de lenguaje, las músicas gitana, húngara y de los Balcanes tiene mucho en común. Tantas décadas de compartir los mismos caminos y ciudades les produjo una más que apreciable influencia mutua.
Así, los ritmos, danzantes, rapidísimos, las melodías con aires orientales (por el tipo de escalas que utilizan), los instrumentos que usan y hasta el modo de tocarlos con una cuota de virtuosismo impresionante y mucho de improvisación, son algunos de los tantos elementos compartidos.
En la Argentina, el klezmer no llegó a desarrollarse debido a que la corriente migratoria mayoritaria no pertenecía a la zona más activa de es música.
Sin embargo, permaneció latente en la memoria de los abuelos de hoy, como lo pudieron comprobar César Lerner y Marcelo Moguilevsky, los pioneros en el rescate del klezmer en la Argentina.
Cada vez que comienzan a tocar en piano acordeón, flauta o clarinete nunca falta alguna persona mayor que se sonría y comience a tararear la canción que estaba dormida en la memoria.

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