27/5/04

Malcolm X y el odio profundo

Por Pablo Lettieri

Me acuerdo de una anécdota que Malcolm X, el líder del movimiento por la supremacía negra en los Estados Unidos que en la década del sesenta se impuso como la contracara de Martin Luther King, cuenta en su autobiografía. La misma autobiografía que luego usó el director Spike Lee para hacer su film sobre el hombre que prefirió la X a un nombre que, en definitiva, era el que le dieron a sus antepasados aquellos que los convirtieron en esclavos.
En un pasaje del libro, Malcolm X cuenta que, antes de su conversión a la fe musulmana y a entregarse a la lucha por los derechos de los negros, vía en la oscuridad, llevaba una vida de negro “domesticado”, queriendo parecerse a los blancos, tratando de agraderles, sintiéndose inferior.
Fue por esos tiempos que había conocido a un tipo llamado Eddie. Eddie era el típico hombre blanco que amaba a los negros. Malcolm X cuenta que Eddie estaba todo el día con ellos, compartía los mismos bares, no se perdía cuanta manifestación en favor de los negros hubiera.
Malcolm X cuenta también que, en aquellos tiempos, salía con una joven mujer blanca que, además, era muy bella. Esto le provocaba los problemas que en esos tiempos -y que en éstos también— pueden traer aparejado el que un hombre negro se mostrara con una chica blanca. El caso es que un día está con ella en un bar de negros y se cruza con Eddie. Luego de saludarlo efusivamente, Eddie se sienta con ellos en una mesa. En eso, Malcolm va a buscarse un trago. Cuando vuelve, su novia estaba sola. Eddie ya estaba en otra mesa, abrazándose con otros negros. Cuando Malcolm se sienta, ella le dice: “¿Sabés qué me preguntó Eddie cuando te fuiste?: ¿Qué hace una chica tan linda como vos con un negro de mierda?”.

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