31/5/11
29/5/11
La audacia sin cálculo
Por Horacio Verbitsky
Publicado en PAGINA 12
La visita de la ensayista Beatriz Sarlo al programa 6,7,8 tuvo una merecida repercusión. Introdujo en un medio tan ubicuo y paupérrimo como la televisión un debate político necesario, lo cual merece todo encomio, para la invitada y sus anfitriones. Si no pudieron profundizar los temas discutidos, fue antes por las limitaciones intrínsecas del medio que por deficiencias de ellos. Más propicio para ese fin son el papel y la letra impresa. Lo que sigue no es un comentario del último libro de Sarlo(1), que contiene opiniones sobre medios y estilos de comunicación, sino apenas una discusión de aquellos tramos en los que plantea algunas cuestiones políticas.
EL CAMPO DEL DEBATE
Sarlo afirma que “el campo” no había sido enemigo de Kirchner “hasta la resolución 125” y después se convirtió en su “enemigo principal”, cuando en realidad sólo se trataba de una “mera disputa por la renta”. Agrega que “hasta el enfrentamiento con el Grupo Clarín, cuyo inicio coincide con el conflicto con el campo, el kirchnerismo no había agitado la necesidad de una nueva ley de medios audiovisuales. No era una cuestión de principios ni una cuestión programática. Iniciado el conflicto con Clarín se convirtió en ambas cosas”. También sostiene que desde que Kirchner favoreció al grupo con la extensión de licencias “no había sucedido otra cosa que el cambio de línea editorial del diario”, por lo cual la ley de medios de comunicación audiovisual habría constituido una mera venganza. De este modo, y sin más trámite, desdeña la magnitud y la gravedad del desafío que la oligarquía diversificada (según la definición de Eduardo Basualdo) planteó en la disputa por las retenciones que, tal como Sarlo sostiene, adquirió una dimensión simbólica. En ella se jugaba el destino de la democracia en la Argentina, agrego yo. Es imprescindible recordar que el Grupo Clarín no sólo es socio de La Nación y de las patronales rústicas en la megaferia Expoagro, en la que se cierran cada año negocios por 300 millones de dólares, sino que desde la Asociación Empresaria AEA conduce junto con la trasnacional italiana Techint a la fracción dominante del capitalismo en la Argentina, que dos de sus voceros, Hugo Biolcati y Mariano Grondona, vaticinaron entre chanzas que Cristina no terminaría su mandato y que, una vez fracasado ese intento, el CEO del Grupo, Héctor Magneto, reunió en su casa a los jefes de la oposición política para urgirlos a encontrar una combinación electoral que permitiera derrotar al gobierno. Sarlo realiza una crítica cultural a partir de afirmaciones e imágenes instaladas por ese mismo poder agromediático. La inteligencia de su especulación intelectual no puede suplir tamaña falla de origen en los cimientos de la obra, que pierde densidad al rebajar a la autora al nivel de sus interesadas fuentes.
Sarlo afirma que “el campo” no había sido enemigo de Kirchner “hasta la resolución 125” y después se convirtió en su “enemigo principal”, cuando en realidad sólo se trataba de una “mera disputa por la renta”. Agrega que “hasta el enfrentamiento con el Grupo Clarín, cuyo inicio coincide con el conflicto con el campo, el kirchnerismo no había agitado la necesidad de una nueva ley de medios audiovisuales. No era una cuestión de principios ni una cuestión programática. Iniciado el conflicto con Clarín se convirtió en ambas cosas”. También sostiene que desde que Kirchner favoreció al grupo con la extensión de licencias “no había sucedido otra cosa que el cambio de línea editorial del diario”, por lo cual la ley de medios de comunicación audiovisual habría constituido una mera venganza. De este modo, y sin más trámite, desdeña la magnitud y la gravedad del desafío que la oligarquía diversificada (según la definición de Eduardo Basualdo) planteó en la disputa por las retenciones que, tal como Sarlo sostiene, adquirió una dimensión simbólica. En ella se jugaba el destino de la democracia en la Argentina, agrego yo. Es imprescindible recordar que el Grupo Clarín no sólo es socio de La Nación y de las patronales rústicas en la megaferia Expoagro, en la que se cierran cada año negocios por 300 millones de dólares, sino que desde la Asociación Empresaria AEA conduce junto con la trasnacional italiana Techint a la fracción dominante del capitalismo en la Argentina, que dos de sus voceros, Hugo Biolcati y Mariano Grondona, vaticinaron entre chanzas que Cristina no terminaría su mandato y que, una vez fracasado ese intento, el CEO del Grupo, Héctor Magneto, reunió en su casa a los jefes de la oposición política para urgirlos a encontrar una combinación electoral que permitiera derrotar al gobierno. Sarlo realiza una crítica cultural a partir de afirmaciones e imágenes instaladas por ese mismo poder agromediático. La inteligencia de su especulación intelectual no puede suplir tamaña falla de origen en los cimientos de la obra, que pierde densidad al rebajar a la autora al nivel de sus interesadas fuentes.
LICENCIA PARA DIVAGAR
La prórroga por diez años de todas las licencias de radiodifusión, dispuesta en mayo de 2005 por el decreto 527, no fue un favor al Grupo Clarín (que acababa de renovar las suyas) sino a sus competidores de los canales de televisión 2 y 9, que las tenían a punto de vencer y para colmo estaban en convocatoria de acreedores. Esto era causal de extinción de las licencias, según el artículo 53, inciso c, de la ley de radiodifusión 22.285 vigente entonces. En tal caso, Clarín reinaría sin competencia, dado que el restante canal de aire, en manos de la española Telefonica, se abstenía de cualquier intervención política. El entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, intercedió ante Telefonica para que condonara o refinanciara la deuda que Daniel Hadad contrajo al adquirir el canal 9, como informó este diario oficialista el 26 de diciembre de 2004. Cuando esas gestiones fracasaron, Kirchner acudió a la prórroga de las licencias. De ese modo revalorizó a los contrincantes del Grupo Clarín y los rescató de la quiebra. Es decir que ya en el segundo año de su presidencia, Kirchner estaba prevenido contra la enorme concentración de poder mediático en un solo grupo, que además procuraba expandirse al campo de las telecomunicaciones, para lo que solicitaba el apoyo oficial. Que no lo haya enfrentado entonces obedece a debilidad objetiva y subjetiva. “Hay cosas que no me animé a hacer, para no de-sestabilizar, para no profundizar, y que, gracias a Dios, Cristina las está haciendo”, dijo en enero del año pasado (“Hombre de la Plaza Rosada”, Página/12, 10 de enero de 2010). Una vez más, la cronología ayuda a comprender los procesos. En diciembre de 2007, tres días antes de su conclusión, el gobierno de Kirchner había autorizado la operación conjunta de Cablevisión y Multicanal, si se cumplían las condiciones de desmonopolización señaladas por el Tribunal de Defensa de la Competencia. El 4 de abril de 2008, a diez días del primer lockout agropecuario, la presidente recibió a los directivos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y el 16 de abril a los miembros de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, quienes le presentaron los “21 puntos por el Derecho a la Comunicación”en los que desde 2003 trabajaron 300 organizaciones sociales y cooperativas, sindicatos, universidades, organismos de derechos humanos, asociaciones de radiodifusores y radios comunitarias y le solicitaron que reformara la vetusta ley de Radiodifusión, sancionada por Videla en 1980 y empeorada por Menem diez años después.
La prórroga por diez años de todas las licencias de radiodifusión, dispuesta en mayo de 2005 por el decreto 527, no fue un favor al Grupo Clarín (que acababa de renovar las suyas) sino a sus competidores de los canales de televisión 2 y 9, que las tenían a punto de vencer y para colmo estaban en convocatoria de acreedores. Esto era causal de extinción de las licencias, según el artículo 53, inciso c, de la ley de radiodifusión 22.285 vigente entonces. En tal caso, Clarín reinaría sin competencia, dado que el restante canal de aire, en manos de la española Telefonica, se abstenía de cualquier intervención política. El entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, intercedió ante Telefonica para que condonara o refinanciara la deuda que Daniel Hadad contrajo al adquirir el canal 9, como informó este diario oficialista el 26 de diciembre de 2004. Cuando esas gestiones fracasaron, Kirchner acudió a la prórroga de las licencias. De ese modo revalorizó a los contrincantes del Grupo Clarín y los rescató de la quiebra. Es decir que ya en el segundo año de su presidencia, Kirchner estaba prevenido contra la enorme concentración de poder mediático en un solo grupo, que además procuraba expandirse al campo de las telecomunicaciones, para lo que solicitaba el apoyo oficial. Que no lo haya enfrentado entonces obedece a debilidad objetiva y subjetiva. “Hay cosas que no me animé a hacer, para no de-sestabilizar, para no profundizar, y que, gracias a Dios, Cristina las está haciendo”, dijo en enero del año pasado (“Hombre de la Plaza Rosada”, Página/12, 10 de enero de 2010). Una vez más, la cronología ayuda a comprender los procesos. En diciembre de 2007, tres días antes de su conclusión, el gobierno de Kirchner había autorizado la operación conjunta de Cablevisión y Multicanal, si se cumplían las condiciones de desmonopolización señaladas por el Tribunal de Defensa de la Competencia. El 4 de abril de 2008, a diez días del primer lockout agropecuario, la presidente recibió a los directivos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y el 16 de abril a los miembros de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, quienes le presentaron los “21 puntos por el Derecho a la Comunicación”en los que desde 2003 trabajaron 300 organizaciones sociales y cooperativas, sindicatos, universidades, organismos de derechos humanos, asociaciones de radiodifusores y radios comunitarias y le solicitaron que reformara la vetusta ley de Radiodifusión, sancionada por Videla en 1980 y empeorada por Menem diez años después.
UN AÑO DE DEBATE
Transcurrió un año de debates, seminarios, foros, mesas redondas, en los barrios, los sindicatos, las universidades, Concejos Deliberantes y Legislaturas provinciales antes de que CFK presentara su primer anteproyecto, que recién se convirtió en proyecto de ley luego de otro semestre de apasionados foros regionales realizados en todo el país. También las dos cámaras del Congreso realizaron sendas rondas de consulta con las organizaciones de la Coalición y con aquellas que representaban a los intereses económicos en juego, incluyendo a las autoridades del Grupo Clarín, que se negaron a concurrir aduciendo que las decisiones ya estaban tomadas. No hay otra ley discutida con tan alto grado de participación en la historia argentina, y sólo el Código Civil del siglo XIX puede competir con ella en cuanto a anotaciones de legislación comparada. Con una desventaja: aquel Código fue obra de un solo hombre, Dalmacio Vélez Sarsfield, y se aprobó a libro cerrado en el Congreso. Podría decirse que Cristina se apropió de las propuestas para la democratización de las comunicaciones que elaboraron las organizaciones fundadoras de la Coalición y que tenían un antecedente fundamental en los proyectos del ex presidente Raúl Alfonsín, elaborados por el Consejo para la Consolidación de la Democracia pero nunca aplicados, como tantas otras buenas iniciativas de aquel malogrado gobierno. Más costaría fundamentar qué tiene de malo que un gobierno elegido por el voto popular adopte las reivindicaciones que provienen de los sectores más avanzados de su propia base electoral. Lo mismo hizo Cristina con la Asignación Universal por Hijo, que también surgió de fuerzas políticas y sociales ajenas a la propia y que durante años fue resistida por el gobierno. La laboriosa ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y su hermano presidente objetaban ese tipo de transferencia directa de ingresos, y en su lugar privilegiaban la reducción del desempleo, para que cada cual se ganara con mayor dignidad el sustento. Pero, igual que en otros campos, fue el éxito de esa política (con la creación de cinco millones de puestos de trabajo y la caida del desempleo a los niveles de hace un cuarto de siglo) el que puso en evidencia sus limitaciones y la necesidad de superarlas. Cristina pudo adoptar la AUH porque antes había recuperado el sistema previsional, convertido por Menem y Cavallo en un negocio financiero para los grandes bancos, que con ese dinero financiaban a altas tasas los déficit del Estado, consecuencia de esa misma privatización. Esta capacidad de reconocer los problemas y el desprejuicio para adoptar las soluciones ideadas por otros es una clave de la vitalidad del kirchnerismo, que no debería suscitar rechazo en quienes valoran el diálogo y los consensos.
Transcurrió un año de debates, seminarios, foros, mesas redondas, en los barrios, los sindicatos, las universidades, Concejos Deliberantes y Legislaturas provinciales antes de que CFK presentara su primer anteproyecto, que recién se convirtió en proyecto de ley luego de otro semestre de apasionados foros regionales realizados en todo el país. También las dos cámaras del Congreso realizaron sendas rondas de consulta con las organizaciones de la Coalición y con aquellas que representaban a los intereses económicos en juego, incluyendo a las autoridades del Grupo Clarín, que se negaron a concurrir aduciendo que las decisiones ya estaban tomadas. No hay otra ley discutida con tan alto grado de participación en la historia argentina, y sólo el Código Civil del siglo XIX puede competir con ella en cuanto a anotaciones de legislación comparada. Con una desventaja: aquel Código fue obra de un solo hombre, Dalmacio Vélez Sarsfield, y se aprobó a libro cerrado en el Congreso. Podría decirse que Cristina se apropió de las propuestas para la democratización de las comunicaciones que elaboraron las organizaciones fundadoras de la Coalición y que tenían un antecedente fundamental en los proyectos del ex presidente Raúl Alfonsín, elaborados por el Consejo para la Consolidación de la Democracia pero nunca aplicados, como tantas otras buenas iniciativas de aquel malogrado gobierno. Más costaría fundamentar qué tiene de malo que un gobierno elegido por el voto popular adopte las reivindicaciones que provienen de los sectores más avanzados de su propia base electoral. Lo mismo hizo Cristina con la Asignación Universal por Hijo, que también surgió de fuerzas políticas y sociales ajenas a la propia y que durante años fue resistida por el gobierno. La laboriosa ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y su hermano presidente objetaban ese tipo de transferencia directa de ingresos, y en su lugar privilegiaban la reducción del desempleo, para que cada cual se ganara con mayor dignidad el sustento. Pero, igual que en otros campos, fue el éxito de esa política (con la creación de cinco millones de puestos de trabajo y la caida del desempleo a los niveles de hace un cuarto de siglo) el que puso en evidencia sus limitaciones y la necesidad de superarlas. Cristina pudo adoptar la AUH porque antes había recuperado el sistema previsional, convertido por Menem y Cavallo en un negocio financiero para los grandes bancos, que con ese dinero financiaban a altas tasas los déficit del Estado, consecuencia de esa misma privatización. Esta capacidad de reconocer los problemas y el desprejuicio para adoptar las soluciones ideadas por otros es una clave de la vitalidad del kirchnerismo, que no debería suscitar rechazo en quienes valoran el diálogo y los consensos.
DERECHOS Y HUMANOS
En un capítulo importante de su libro, Sarlo dice que Kirchner encontró en la reivindicación de los derechos humanos una fuente de legitimidad ya “que había llegado al gobierno cautivo de su propia debilidad”. Se trataría de una operación política, comenzada en su discurso inaugural cuando “recordó a los militantes asesinados” que en Santa Cruz nunca habían recibido “el menor homenaje de su parte”. Así habría puesto fin a “una amnesia política que había durado mucho tiempo”. Habría dramatizado de ese modo “una puesta en escena de una alianza entre las organizaciones de derechos humanos y el presidente”, con quienes Kirchner “se inventa una relación”. Sarlo dice que al pedir perdón en nombre del Estado Nacional el 24 de marzo de 2004 en la ESMA, “por la vergüenza de haber callado durante veinte años de democracia tantas atrocidades”, Kirchner dio “un paso principal en su propia invención política”. Con una entonación psicologista comenta: “Él, que no se había ocupado de los derechos humanos hasta llegar a la presidencia, transfería ese lapsus al Estado argentino y a otro presidente, Raúl Alfonsín, que había hecho su campaña electoral comprometiéndose a juzgar a los comandantes responsables de los crímenes de la dictadura”. Concluye que esa omisión le evitó “el incómodo recuerdo de que él mismo votó, en 1983, a un partido justicialista que consideraba legal la autoamnistía que se habían otorgado los militares”. El oficio de la crítica literaria, que Sarlo practica con general beneplácito, no soporta bien su traslado a la política, como bien saben quienes admiraron la obra de David Viñas, porque esta materia no se circunscribe a un texto fijo ofrecido a la interpretación del lector, según establecieron Hegel y Perón. Por el contrario, es tan huidiza que, con toda probabilidad, Sarlo no conocía al escribir su libro el discurso que Kirchner pronunció en el Ateneo Juan Domingo Perón, durante la campaña para elegir el candidato justicialista a la intendencia de Río Gallegos en 1983. Allí dijo que “la represión de la dictadura militar ha ensangrentado a todo el pueblo argentino” y que “siempre dijimos que Videla y Massera y Agosti, y todos los sinvergüenzas que vinieron después, iban a ser sentados en el banquillo de la justicia constitucional para que respondan ante tantos abusos y ante tantos crímenes cometidos contra este pueblo”. La observación de Sarlo sobre la posición del candidato justicialista a la presidencia en 1983, Italo Luder, es de estricta justicia, pero no puede reclamársele a Kirchner, quien recién en 1991, después de las amnistías de Alfonsín y los indultos de Menem, accedió a la gobernación de su provincia, una posición desde la que no es posible modificar asuntos que pertenecen a la escena nacional. El discurso completo pronunciado por el joven Kirchner a sus 33 años puede encontrarse en http://www.youtube.com/watch?v=siuGYpy-G3A&feature=youtu.be. Hay un bonus track: la presentación del orador por la también jovencísima Cristina Fernández, que está despertando pasiones retrospectivas en la web.
FLOJA DE PAPELES
“A diferencia de los radicales”, dice también Sarlo, “los peronistas ‘se meten’ con los medios, los favorecen, los acosan o los cortejan, fundan medios y los financian”. Es una afirmación incomprensible en alguien que haya vivido en la Argentina durante las presidencias de Arturo Frondizi y Raúl Alfonsín. Lo que les faltó no fue desprejuicio, sino eco popular. La principal diferencia entre El Nacional y Tiempo Argentino, entre los “Bueyes perdidos” de Mario Monteverde y 6,7,8, está en la eficacia, y ésta no depende sólo de las calidades personales o profesionales de sus responsables, sino de la índole de los respectivos gobiernos que defendieron.
“A diferencia de los radicales”, dice también Sarlo, “los peronistas ‘se meten’ con los medios, los favorecen, los acosan o los cortejan, fundan medios y los financian”. Es una afirmación incomprensible en alguien que haya vivido en la Argentina durante las presidencias de Arturo Frondizi y Raúl Alfonsín. Lo que les faltó no fue desprejuicio, sino eco popular. La principal diferencia entre El Nacional y Tiempo Argentino, entre los “Bueyes perdidos” de Mario Monteverde y 6,7,8, está en la eficacia, y ésta no depende sólo de las calidades personales o profesionales de sus responsables, sino de la índole de los respectivos gobiernos que defendieron.
Equivocaciones menores de Sarlo confirman la impresión de una exégesis teórica presuntuosa, edificada sobre una base fáctica que conoce mal. Por ejemplo, al referirse a las elecciones de 2005, en las que Kirchner decidió confrontar con quien lo había impulsado al gobierno, dice que “en la madrugada de la victoria, entre gallos y medianoche, abandonaron a Duhalde y se hicieron kirchneristas los fieles Díaz Bancalari y Pampuro, nombres importantes del derrotado peronismo bonaerense”. Es cierto que Díaz Bancalari era el compañero de fórmula de Hilda González en el Partido Justicialista, pero Pampuro fue quien lo venció, como segundo de la boleta que encabezaba Cristina Fernández. Sorprenden también las alabanzas al ex senador Eduardo Duhalde, quien durante unos meses de 2002 y 2003 ocupó en forma interina la presidencia. Dice que “practicó la moderación hasta que la policía, en un episodio oscuro, asesinó a los militantes Kosteki y Santillán”. Sólo las distintas acepciones del adjetivo impiden calificarlo de escandaloso: el gobierno de Duhalde preparó en forma cuidadosa esa emboscada, con el propósito de dar un escarmiento a las fuerzas sociales movilizadas en aquellos días, con informes falsos y tremendistas elaborados desde la SIDE por su ministro Carlos Soria y presentados a la Justicia por su ministro Jorge Vanossi. Antes, había presionado a la Justicia federal para que encarcelara a Cavallo y a varios banqueros, ofreciéndolos a la vindicta pública. Según Sarlo, el moderado Duhalde trabajó “en la reparación de un país en ruinas, donde la palabra incendio no era una hipérbole sino una imagen descriptiva bastante realista”. Ni una línea en las 235 páginas del libro menciona la brutal transferencia de ingresos, de los sectores subordinados a las mayores empresas, provocada por la mayor devaluación del tipo de cambio real de la historia y por la pesificación asimétrica dispuesta en aquel nefasto gobierno, sin el cual la devastación de la década anterior no hubiera terminado de ejecutarse. Sin duda, se trata de un libro audaz, escrito con más pasión que cálculo.
(1). Beatriz Sarlo, Kirchner 2003-2010. La audacia y el cálculo, Sudamericana, 2011.
24/5/11
Opciones limitadas
"No debemos olvidar en ningún momento -cualesquiera sean las diferencias de apreciación- que las opciones que nos ofrece la vida política argentina son limitadas. No se trata de optar entre el Gral. Perón y el Arcángel San Miguel. Se trata de optar entre el Gral. Perón y Federico Pinedo. Todo lo que socava a Perón fortifica a Pinedo, en cuanto él simboliza un régimen político y económico de oprobio y un modo de pensar ajeno y opuesto al pensamiento vivo del país".
Raúl Scalabrini Ortíz (1943)
16/5/11
Todo tiene su límite
Por Pablo Lettieri
Son y se sienten superpoderosos. Están acostumbrados a llevarse el mundo por delante. Visten trajes de varios miles de dólares, duermen en hoteles de 3000 dólares la noche y usufructuan los privilegios de su inmenso poder, que se basa en el hambre de los miles de habitantes de los países sometidos a sus "recetas".
Pero todo tiene un límite.
El sábado por la noche, Dominique Strauss-Kahn, director general del FMI y hasta hace días el líder político francés con mayores posibilidades de convertirse en presidente en 2012, fue detenido a bordo de un avión minutos antes de partir a París, por una denuncia de "intento de violación y detención ilegal".
A parecer, una camarera del lujoso Hotel Sofitel de Manhattan, donde Strauss-Kahn había permanecido unos días, lo acusó de agresión sexual.
El mandamás del FMI ayer abandonó esposado la comisaría del barrio neoyorquino de Harlem y custodiado por varios policías, en medio de una nube de fotógrafos y cámaras de televisión, lo que desató un terremoto mediático en toda Francia.
Dicen que su carrera política está terminada.
Pero las cosas pueden ir peor aún para Dominique: si lo declaran culpable, podría pasar hasta 20 años de cárcel.
Todo tiene un límite, aún para ellos.
acercamiento
"Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es que no te has acercado lo suficiente".
Robert Capa
(1913-1954)
15/5/11
Perder sin gloria
Por Pablo Lettieri
Un desdibujado Boca nos ganó 2 a 0 casi sin despeinarse.
Como siempre, perder es esperable.
Está dentro de las posibilidades de cualquier competencia.
Lo verdaderamente triste es perder sin pasión, sin rebeldía, entregarse mansamente a la derrota.
Que perder te de igual.
Eso es lo que transmite este equipo de River.
Es una tristeza que no tiene remedio.
Un desdibujado Boca nos ganó 2 a 0 casi sin despeinarse.
Como siempre, perder es esperable.
Está dentro de las posibilidades de cualquier competencia.
Lo verdaderamente triste es perder sin pasión, sin rebeldía, entregarse mansamente a la derrota.
Que perder te de igual.
Eso es lo que transmite este equipo de River.
Es una tristeza que no tiene remedio.
14/5/11
#ElanunciotwitterodeMacri
Por Werner Pertot
Publicado en PAGINA 12
El jefe de Gobierno @mauriciomacri anunció que su compañera de fórmula será @Mariuvidal, su ministra de Desarrollo Social. Lo hizo a través de Twitter, Facebook y de mensajes de texto. “Quiero contarte que @Mariuvidal va a ser mi compañera de fórmula”, tipeó el líder de PRO, que colgó un video a las 20.20 de ayer. Desde el sector de @gabimichetti resienten que haya elegido para acompañarlo a una #ultralarretista. Quedaron afuera de la fórmula el ministro de Cultura @herlombardi y el de Espacio Público @diegosantilli, un potencial rival en ascenso de @horaciolarreta que ahora deberá esperar a 2015. La elección de una figura #cienporcientoPRO cerró la posibilidad de un acuerdo nacional que incluyera a un compañero de fórmula del radicalismo o del peronismo disidente.
“A las 20 voy a anunciar por Twitter y Facebook quién me va a acompañar en la fórmula el 10 de julio”, escribió @mauriciomacri a las 17.20 en su timeline. “A las 19.59hs apago la compu hasta el lunes”, comentó al pasar el legislador socialista @julian_dangelo. A la hora señalada, nada ocurrió. El anuncio se demoró unos 20 minutos, aunque el nombre ya había trascendido. El embajador español en la Argentina @restrella2010 se preguntaba: “¿Lo habrá anunciado por Facebook y no por Twitter?”. La legisladora macrista @mkarinaspalla pareció adelantarse al anuncio con un festejo: “Orgullo PRO Macri-Vidal!!!”.
Finalmente, se hizo la luz y apareció #elvideo: en primer plano, Macri se mostró solo y sonriente con un fondo de cuadros. “Hola, ¿cómo estás? Qué bueno que estemos en contacto por esta vía, por Twitter, por Facebook. Te quería comentar una novedad: que he elegido y le he pedido a María Eugenia Vidal que me acompañe como candidata a vicejefa de Gobierno”, recitó. “Y lo más importante, si somos reelectos, que me acompañe en el orgullo que significa gobernar la ciudad de Buenos Aires cuatro años más”, hizo un esfuerzo por seguir sonriendo.
“Es ella porque representa a cientos que han conformado el equipo del PRO, que ha desarrollado mucha vocación por el servicio público y ha estado en contacto con vos a lo largo de estos años”, planteó Macri. “Ella en particular lo ha hecho desde Desarrollo Social, con los chicos, con los abuelos, con las ONG, con todos aquellos que desde la debilidad necesitan más el apoyo del Estado”, definió. “Todos tenemos una gran confianza en María Eugenia y espero que vos, cuando la vayas conociendo... estoy seguro que vas a tener el mismo nivel de confianza que tengo yo”, completó.
@Mariuvidal se formó en el Grupo Sophia, proviene del espacio de @horaciolarreta. Con 37 años, casada con el dirigente macrista de Morón Ramiro Tagliaferro y madre de tres hijos, es licenciada en Ciencia Política de la UCA y acompañó al jefe de Gabinete cuando ocupó un cargo en el Anses y en el PAMI con la Alianza. En 2003, la nombraron directora de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud de la Legislatura porteña. En 2007 fue electa como legisladora, pero renunció a la banca. Al comienzo de la gestión PRO, se tomó una licencia por embarazo de seis meses. Luego asumió en lugar de @estebanbullrich, quien le cuidó el cargo #comouncaballero. De perfil bajo, la funcionaria fue cambiando su look y se estilizó en este último año. En 2010, fue quien estuvo a cargo de la situación de higiene y alimentación en las ocupaciones del Parque Indoamericano y del Bajo Flores.
“Para mí es un gran honor acompañar a Mauricio en esta etapa”, twitteó @Mariuvidal poco después del anuncio, cuando ya era un tema del momento de Twitter (los más comentados). “Mencionaron como vices a Diego y Hernán: 2 excelentes ministros! Yo soy una representante más del equipo. Esto es un reconocimiento de todos”, se congració con los que quedaron fuera. En algunos sectores del PRO había desazón: se comentaba que en el fin de semana iba a llegar a Buenos Aires el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba para intentar convencer al líder de PRO de que lo eligiera a @diegosantilli como compañero de fórmula. “No hizo a tiempo”, se lamentaban. La decisión tendrá consecuencias sobre el armado de las listas de legisladores, donde el dirigente peronista ahora pedirá lugares.
Cerca de @gabimichetti, se mostraron bastante descontentos con la decisión. “Macri le dijo a todo el mundo que para él es la ministra estrella por su gestión. Y que no es de Horacio, es de él. Dijo que es su propia decisión y no le importa en nada lo que digan. Esta vez, hasta Durán Barba estaba en desacuerdo”, advirtieron cerca de la ex vicejefa.
Más temprano, en el Teatro 25 de Mayo, @mauriciomacri había tenido una reunión de gabinete ampliado, en la que les dijo a sus funcionarios que iba a elegir a “alguien del equipo”, para dejar en claro que no iba a ser parte de un acuerdo nacional. “Es una decisión personal, no acepto influencias”, cortó cualquier intento de queja. Luego de dejar en claro el #consensoPRO, los arengó para que se predispongan a “poner el alma en la campaña”, en los timbreos que harán cuando salgan #alosbarrios a repartir volantes multicolores y globitos con sonrisas.
13/5/11
5/5/11
El pretexto de luchar contra el terrorismo
Por Robert Fisk
Publicado por THE INDEPENDENT (Gran Bretaña)
(especial para Páginal 12)
Si ésta es una victoria, ¿significa que nuestras fuerzas deberían regresar ahora a casa? Irán habló en nombre de muchos árabes cuando dijo que la muerte de Bin Laden le quitó a Occidente la razón para tener tropas en la región.
¿Por qué estamos en Afganistán? ¿No fueron ahí los estadounidenses y los británicos en 2001 para luchar contra Osama bin Laden? ¿No lo mataron el lunes? Había un doloroso simbolismo en el ataque aéreo de la OTAN ayer –apenas 24 horas después de la muerte de Bin Laden–, que mató aún más guardias de seguridad afganos.
La verdad es que hace mucho que perdimos el plan en el cementerio de los imperios, convirtiendo una cacería del ahora irrelevante inventor de la Jihad en una guerra contra decenas de miles de insurgentes talibán que tienen poco interés en Al Qaida, pero mucho entusiasmo por llevar a los ejércitos occidentales fuera de su país.
Las moderadas esperanzas que tienen Hamid Karzai y Hillary Clinton de que el talibán estará tan intimidado por la matanza de Bin Laden que querrá ser amable y unirse humildemente al corrupto liderazgo de Afganistán apoyado por Occidente, muestra exactamente cuán apartados están de la realidad del país empapado en sangre. Algunos de los talibán admiraban a Bin Laden, pero no lo querían y no participaban de su campaña en contra de la OTAN. El mulá Omar es más peligroso para Occidente en Afganistán que Bin Laden. Y no lo matamos a Omar.
Irán por una vez habló en nombre de los millones de árabes en respuesta a la muerte de Bin Laden. “La excusa de los países extranjeros para desplegar sus tropas en esta región bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo ha sido eliminada”, dijo su vocero de la Cancillería. “Esperamos que este hecho termine con la guerra, con el conflicto, los disturbios y la muerte de gente inocente, y ayude a establecer la paz y tranquilidad en la región.”
Babasónicos lanza "A propósito". La fiesta popular de Dárgelos y sus desfachatados: ruido invasivo de alta definición
Por Oscar Jalil
Ilustración de Patricio Oliver
Publicado en ROLLING STONE
¿Cambio de década y cambio de piel? Algo de eso esconde A propósito. Si en los tempranos 90, Babasónicos irrumpió como una garra desafiante, a pura traducción criolla de psicodelia y freakshow, el nuevo milenio encontró al grupo de choque abrazado a la perfección pop y convirtió a Jessico (2001) en una de las pocas buenas del año que vivimos en peligro. De ahí en más, todo fue antes y después de Jessico la marca insuperable se transformó en estigma y a cada nuevo lanzamiento de la banda le siguió un detector de comparaciones. Con sabiduría irreverente y arrogancia en estado de rock, Babasónicos se repuso a su propio éxito y al duro trance que significó la muerte de Gabo Mannelli, fundador y cerebro oculto del grupo, para continuar como una unidad indisoluble mientras unos cuantos pesos pesados del rock argentino eligieron retirarse agotados de sí mismos. Tanto los hits imbatibles de Infame (2003) como la expansión sonora que impuso Anoche (2005) y la síntesis de época retratada en Mucho (2008) tenían la mirada puesta hacia delante, un modo de seguir arriba del escenario y renovar el repertorio luego de veinte años de constantes atracos a la buena conciencia del rock. Pero no alcanza, a Babasónicos siempre se le exige algo más. Quizá porque su cantante es demasiado bocón, quizá porque ya quedan pocos competidores en la escuela moderna o por esa vieja manía de retener una época que ya no existe.
Ilustración de Patricio Oliver
Publicado en ROLLING STONE
¿Cambio de década y cambio de piel? Algo de eso esconde A propósito. Si en los tempranos 90, Babasónicos irrumpió como una garra desafiante, a pura traducción criolla de psicodelia y freakshow, el nuevo milenio encontró al grupo de choque abrazado a la perfección pop y convirtió a Jessico (2001) en una de las pocas buenas del año que vivimos en peligro. De ahí en más, todo fue antes y después de Jessico la marca insuperable se transformó en estigma y a cada nuevo lanzamiento de la banda le siguió un detector de comparaciones. Con sabiduría irreverente y arrogancia en estado de rock, Babasónicos se repuso a su propio éxito y al duro trance que significó la muerte de Gabo Mannelli, fundador y cerebro oculto del grupo, para continuar como una unidad indisoluble mientras unos cuantos pesos pesados del rock argentino eligieron retirarse agotados de sí mismos. Tanto los hits imbatibles de Infame (2003) como la expansión sonora que impuso Anoche (2005) y la síntesis de época retratada en Mucho (2008) tenían la mirada puesta hacia delante, un modo de seguir arriba del escenario y renovar el repertorio luego de veinte años de constantes atracos a la buena conciencia del rock. Pero no alcanza, a Babasónicos siempre se le exige algo más. Quizá porque su cantante es demasiado bocón, quizá porque ya quedan pocos competidores en la escuela moderna o por esa vieja manía de retener una época que ya no existe.
Aleatoria y demencial, la lógica de A propósito es tan imprevisible como las mutaciones que sufren sus canciones. Es una despedida épica de ese amado objeto llamado disco, la obra manda y en esa terquedad aparecen unos cuantos gestos de resistencia. Contra la dictadura del iPod y otros sistemas de compresión, surgen las ganas de tantear la cajita color lavanda para descubrir imágenes labiales del más variado calibre. El tracklist de la contratapa miente: no son diez temas, hay tracks escondidos, canciones que se transforman en sesiones continuas y varios títulos ocultos. La velocidad valvular, una marca babasónica desde los tiempos de Pasto (1992) y Trance Zomba (1994), aquí se transforma en un trip más electrónico. Sólo "Fiesta popular" tiene esa sustancia de poder rockero y brilla prepotente en la guitarra de Mariano Roger, mientras la letra advierte con ironía los peligros de la vieja antinomia nacional: "Chicas ricas no le tengan miedo/ esto es sólo una fiesta popular;/ chicos ricos no se asusten tanto/ esto es sólo una fiesta popular", canta Dárgelos y es muy fácil imaginar la escena del terror clasista.
Es imposible obviar la calidad sónica que impone A propósito: ruido invasivo de alta definición y un concepto psicodélico para cerrar la idea. Por momentos, algunas canciones parecen dispararse sin aviso de retorno. "Tormento" utiliza su estribillo ("me verás surgir, me verás caer, no seré aprendiz de borrego") para mudar una preciosa melodía a terrenos electro-dance; "Muñeco de Haití" llega aun más lejos en tiempo y delirio: son nueve minutos divididos en tres partes, o la memoria "Funkytown" llevada al planeta Babasónicos. "Deshoras" camina a convertirse en un hit continental, puro beat pegadizo y frases de amor para descargar en el iPhone. Lo mejor aparece en las baladas midtempo, una seguidilla que arranca misteriosa y lenta con un bajo prestado de Steely Dan ("Flora y fauno"), sigue con un bolero irregular ("Ideas"), se pone ochentosa y dicta cátedra de resignación romántica ("En privado") y roza la cumbre de la canción sentimental cuando Dárgelos lanza: "Vení, anotate a la escuela de mis besos, es sólo eso lo que tenés que probar" ("El pupilo"). Conmovedor.
El ritmo suave se mantiene en el final: "Barranca abajo" es otra declaración de fracaso firmada al borde de la cama ("quiero que te saques la ropa y que sigas siendo mala en pelotas porque sí"). El cierre funciona como epílogo en varios sentidos, "anunciando que hemos llegado hasta el fin" ("Chisme de zorro"). A propósito o per godere, Babasónicos lo hizo de nuevo: malicia y fantasía para otra fiesta popular.
2/5/11
"Frágil". Fotografías de Myriam Meloni
El ensayo Frágil de la fotógrafa italiana Myriam Meloni aborda el consumo del paco en Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Y propone un acercamiento, desde sus imágenes, a los protagonistas y su entorno. Esa aproximación es respetuosa, honesta y hasta por momentos pudorosa en la exploración de la intimidad y de las escenas más dolorosas. Trata de acompañar las diferentes situaciones y se esfuerza por comprender sin prejuzgar. A través de esa mirada, Meloni construye una serie conmovedora, que se convierte en un registro de indudable valor testimonial sobre este verdadero flagelo social.
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