Por Robert Fisk
Publicado por THE INDEPENDENT (Gran Bretaña)
(especial para Páginal 12)
Si ésta es una victoria, ¿significa que nuestras fuerzas deberían regresar ahora a casa? Irán habló en nombre de muchos árabes cuando dijo que la muerte de Bin Laden le quitó a Occidente la razón para tener tropas en la región.
¿Por qué estamos en Afganistán? ¿No fueron ahí los estadounidenses y los británicos en 2001 para luchar contra Osama bin Laden? ¿No lo mataron el lunes? Había un doloroso simbolismo en el ataque aéreo de la OTAN ayer –apenas 24 horas después de la muerte de Bin Laden–, que mató aún más guardias de seguridad afganos.
La verdad es que hace mucho que perdimos el plan en el cementerio de los imperios, convirtiendo una cacería del ahora irrelevante inventor de la Jihad en una guerra contra decenas de miles de insurgentes talibán que tienen poco interés en Al Qaida, pero mucho entusiasmo por llevar a los ejércitos occidentales fuera de su país.
Las moderadas esperanzas que tienen Hamid Karzai y Hillary Clinton de que el talibán estará tan intimidado por la matanza de Bin Laden que querrá ser amable y unirse humildemente al corrupto liderazgo de Afganistán apoyado por Occidente, muestra exactamente cuán apartados están de la realidad del país empapado en sangre. Algunos de los talibán admiraban a Bin Laden, pero no lo querían y no participaban de su campaña en contra de la OTAN. El mulá Omar es más peligroso para Occidente en Afganistán que Bin Laden. Y no lo matamos a Omar.
Irán por una vez habló en nombre de los millones de árabes en respuesta a la muerte de Bin Laden. “La excusa de los países extranjeros para desplegar sus tropas en esta región bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo ha sido eliminada”, dijo su vocero de la Cancillería. “Esperamos que este hecho termine con la guerra, con el conflicto, los disturbios y la muerte de gente inocente, y ayude a establecer la paz y tranquilidad en la región.”