El matemático, profesor de Lógica y escritor Piergiorgio Odifreddi, nacido en la localidad italiana de Cuneo en 1950, acaba de publicar en España un nuevo libro, editado por RBA, que lleva por título Por qué no podemos ser cristianos y menos aún católicos.
En este trabajo, Odifreddi, que se ha mantenido durante varias semanas en los primeros puestos de libros más vendidos, vuelve a desmontar algunos de los dogmas básicos tanto del cristianismo como del catolicismo, lo que ha levantado fuertes polémicas en un país tan sensibles para los temas religiosos como Italia. En este sentido, Piergiorgio Odifreddi explica que “en Italia existen directores de periódicos que reconocen que los dogmas de fe son un cuento, pero que no pueden escribirlo porque el mero hecho de ponerlo en duda ya crea un conflicto”. Para este autor “lo peor es poner en duda la propia existencia de Jesucristo. No hay constancias históricas serias. Son relatos construidos a posteriori. Decir esto ya es algo escandaloso.” Y una aclaración final: “Si quisiera hacer una verdadera cruzada, recomendaría una única cosa a la gente: que leyeran la Biblia con un punto de vista racional, con atención. Dejarían de creer inmediatamente. No hacen falta libros anticlericales.”
En este trabajo, Odifreddi, que se ha mantenido durante varias semanas en los primeros puestos de libros más vendidos, vuelve a desmontar algunos de los dogmas básicos tanto del cristianismo como del catolicismo, lo que ha levantado fuertes polémicas en un país tan sensibles para los temas religiosos como Italia. En este sentido, Piergiorgio Odifreddi explica que “en Italia existen directores de periódicos que reconocen que los dogmas de fe son un cuento, pero que no pueden escribirlo porque el mero hecho de ponerlo en duda ya crea un conflicto”. Para este autor “lo peor es poner en duda la propia existencia de Jesucristo. No hay constancias históricas serias. Son relatos construidos a posteriori. Decir esto ya es algo escandaloso.” Y una aclaración final: “Si quisiera hacer una verdadera cruzada, recomendaría una única cosa a la gente: que leyeran la Biblia con un punto de vista racional, con atención. Dejarían de creer inmediatamente. No hacen falta libros anticlericales.”