Aunque olvidemos que el afamado Cirque du Soleil ya no es una compañía sino muchas, todas ellas girando por el planeta gracias a sus varios elencos. Si bien tratamos de convencernos de que aún conservan la mística de aquellos tiempos lejanos, cuando a un lanzallamas se le ocurrió reunir por el mundo artistas de diferentes disciplinas y habilidades alrededor de un circo muy personal (sin animales salvajes). Aún cuando podamos conmovernos con las imágenes de indudable belleza que propone el espectáculo y disfrutar de sus increíbles destrezas, se hace difícil aceptar que un espectáculo cuyas entradas rondan los $ 400.- pueda ser tan significativo para nuestro crecimiento espiritual, mejor dicho, para el del público infantil, auditorio natural de la tan renombrada compañía. Es verdad que uno puede adivinar que la infraestructura necesaria para montar cada una de las impresionantes funciones de Alegría determine que el precio de las localidades sea tan elevado. pero un espectáculo destinado tan claramente a un público selecto termina por minar las mejores intenciones de cualquier grupo dedicado a conmover...
No se trata de ensayar una demagogia populachera. Aceptamos obviamente que por ciertas experiencias artísticas valiosas vale la pena desprenderse de unos cuantos billetes...
Pero a ciertos niveles, ya ese valor se desvirtúa y el espectáculo pasa a ser, simplemente, un caro objeto de consumo más de las clases medias pudientes ávidas de experiencias culturales.
4/7/08
Bello, maravilloso... y muy caro
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