Por Pablo Lettieri
de la muestra CARLOS GARDEL 70 AÑOS NO ES NADA
Ninguna tarea parece más difícil y riesgosa que intentar trazar un retrato de la experiencia vital de Carlos Gardel y desentrañar la verdadera historia detrás de la leyenda acerca de quien fue y es la figura más emblemática de la cultura porteña.
Es sabido que su vida estuvo rodeada de misterios y su trágica muerte, en 1935, a los 44 años de edad, ayudó a construir un verdadero mito alrededor de su figura.
Claro que para poder construir el mito, era necesario que su vida estuviera rodeada por las sombras. Y fue el propio Gardel, primer forjador de su propia leyenda, quien llenó de enigmas ciertos pasajes de su historia personal. “Nací en Buenos Aires, Argentina, a los 2 años y medio de edad”, decía cuando ya por entonces curioseaban sobre el lugar de su nacimiento, solía festejar su cumpleaños en cualquier fecha y nunca se permitió confesar su edad real.
La historia oficial, sin embargo, fija el nacimiento de Gardel en Toulouse, en la Alta Garona francesa, el 11 de diciembre de 1890, hijo de Berta Gardés y de padre desconocido. Llegó a la Argentina dos años después, en marzo de 1893, y se instaló junto a su madre en una pensión de la calle Uruguay. Desde muy pequeño se sintió atraído por la música y comenzó a cantar ritmos criollos en cantinas del barrio del Abasto, donde por su acento fue conocido como “El Francesito” entre los criollos, italianos, españoles que por entonces poblaban esa popular barriada porteña. Fue allí donde perdió por completo los rasgos de su lengua materna en favor de un acento porteño, típicamente rioplatense.
En 1908 empezó a ser conocido como “El Morocho” y, por esos años, también se destacaba José Francisco Razzano, apodado “El Oriental”, que había adquirido cierta fama como cantante de tangos. En 1913 se celebró un duelo entre ambos en la calle Guardia Vieja y, aunque no se dio como vencedor a ninguno de los dos, de aquel concurso salió el dúo más famoso en la historia del tango.
En 1915 grabó junto a Razzano Mi noche triste, inaugurando la era del tango canción. Con él compuso también Margot, su primer tango.
Gardel debutó en el teatro Apolo de Madrid en 1923 y luego en Barcelona, iniciando una carrera internacional que lo llevó a conquistar París en 1928 y, cinco años después, a Nueva York: en ambas ciudades se convirtió en una verdadera figura, apoyada en el éxito de sus films, todos ellos dentro del género musical y destinados a su lucimiento como cantante: Luces de Buenos Aires, Espérame, Melodía de arrabal, Cuesta abajo, El tango en Broadway, Cazadores de estrellas, El día que me quieras y Tango bar. Con sus películas, sus grabaciones y sus extensas giras, Gardel fue extendiendo su fama por Latinoamérica y el mundo.
Como autor de tangos, es dueño de letras inolvidables como Mano a mano, Desdén, Melodía de arrabal, Cuesta abajo, Sus ojos se cerraron, Por una cabeza, Mi Buenos Aires querido, Volvió una noche y Volver, entre muchos otros tangos que ya son parte de lo mejor de la música popular.
El 24 de junio de 1935, mientras realizaba una gira por América Latina, el avión que trasladaba a Gardel y a varios de sus músicos se estrelló en la pista del aeropuerto de Medellín, en Colombia. La muerte del “Zorzal” conmovió al mundo y su cuerpo fue repatriado a Buenos Aires. Una verdadera multitud acompañó su velatorio en el estadio Luna Park y su posterior traslado al cementerio de la Chacarita, donde aún permanecen sus restos.