El
cardenal primado convocó para el martes a un día de ayuno como acto de
reparación
Por
Loreley Gaffoglio
Publicado
en LA NACIÓN
Jueves 2 de diciembre de 2004
La
Iglesia criticó fuertemente ayer la muestra retrospectiva del artista plástico
León Ferrari, que se exhibe en el Centro Cultural Recoleta, a la que calificó
como "una blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad". Además, convocó
para el martes próximo a "una jornada de ayuno y oración" para que
"el Señor perdone nuestros pecados y los de la ciudad", en referencia
al gobierno porteño, que propicia la polémica exhibición.
El
arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, fue la voz de la fe
católica que se levantó en contra de la muestra, en cuyas obras se combinan
símbolos religiosos con imágenes eróticas, mientras que Cristos, vírgenes y
santos "arden" en la representación que Ferrari hace del infierno.
"Desde
hace algún tiempo se vienen dando en la Ciudad algunas expresiones públicas de
burla y ofensas a las personas de nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima
Virgen María; así como también a diversas manifestaciones contra los valores
religiosos y morales que profesamos", dijo Bergoglio en una carta
pastoral, dirigida a los sacerdotes, consagrados fieles de la arquidiócesis,
difundida a los medios.
"Hoy
me dirijo a ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el Centro
Cultural Recoleta con motivo de una exposición plástica. También me apena que
este evento sea realizado en un Centro Cultural que se sostiene con el dinero
que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos",
añadió el purpurado. Y exhortó a que "frente a esta blasfemia que
avergüenza a nuestra ciudad, todos unidos hagamos un acto de reparación y
petición de perdón el próximo 7 de diciembre", vísperas del Día de la
Inmaculada Concepción.
Bergoglio
invitó, así, a los creyentes a "un día de ayuno y oración" como
desagravio a lo que entiende es una ofensa a los símbolos religiosos más
sagrados.
Con
estas palabras el arzobispo quiso poner punto final a las tensiones y
controversias entre la Iglesia y el Centro Cultural Recoleta, que se habían
iniciado con el reclamo del párroco de Nuestra Señora del Pilar, Rómulo
Puiggari.
Alertado
por los artesanos de la feria de Recoleta y por una empleada del propio centro
cultural que entre sollozos le rogó que "hiciera algo para detener esta
ofensa", el párroco -según contó a LA NACION- había objetado a las
autoridades que muchas de las obras agraviaban la fe católica. Como no obtuvo
respuesta, aconsejó a los fieles que enviaran e-mails reclamando la suspensión
de la muestra.
Ante los
cuestionamientos de la Iglesia, Gustavo López, secretario de Cultura porteño,
señaló que "la muestra no expresa la opinión del gobierno de la ciudad y
que debe entenderse sólo como un hecho artístico".
"En
ningún momento pensamos que se tratara de un ataque al cristianismo o que
violara alguna ley", señaló López, en relación con los reclamos ante el
Inadi que iniciarían individualmente los laicos católicos por consejo del
Arzobispado.
"La
retrospectiva de Ferrari tiene una parte provocadora, que es propia del arte de
hoy", agregó López y pidió que "la muestra pueda exhibirse en un
clima de libertad y tolerancia". Sin embargo, se dispuso un refuerzo del
personal de seguridad ante los incidentes de anteanoche, cuando el visitante
Agustín Durañona y Vedia, abogado, intentó romper un objeto de una instalación
de Ferrari.
Si bien
Durañona y Vedia fue retenido una hora y media por personal de seguridad, ni el
artista Ferrari ni el Centro Recoleta levantaron cargos contra él.
LAMENTO
DEL ARTISTA
En
diálogo con LA NACION, Ferrari respondió al arzobispo: "Más lamento yo que
la religión que Bergoglio profesa castigue a los que piensan diferente",
disparó el artista, que debió exiliarse en San Pablo en 1976 y que en 1991
volvió al país. "Si algo avergüenza a nuestra ciudad no es esta muestra,
sino que se sostenga que hay que torturar a los otros en el infierno",
dijo.
Consultado
el curador en jefe del Malba, que coprodujo el libro-catálogo de Ferrari y que
negoció sin éxito para que la muestra se realizara en el museo de Palermo
Chico, Marcelo Pacheco calificó los dichos de Bergoglio como "una
discusión bizantina y absurda".
"Bergoglio
opina desde su fe; que los feligreses católicos no vayan a ver la muestra. Pero
la discusión es otra: Ferrari es un referente del arte local e internacional.
Su calidad artística está fuera de discusión", sentenció Pacheco, que el
jueves de la semana próxima mostrará en la terraza del Malba cuatro esculturas
que Ferrari hizo a fines del 70 durante su exilio en San Pablo.