"Cuando comencé a escribir esta obra ya hace unos años, lo hice a partir de una extraña noticia que me llegó, intuyo, distorsionada: Suicidios colectivos de mamíferos/ cuadrúpedos -nunca supe qué clase de animales eran estos. El informe decía que se arrojaban por un acantilado, aparentemente sin causa. Sucedió en el interior del país. Sentí que debía escribir sobre esa necesidad de estar en el aire, de vivir en el aire, cuando la tierra ya no puede soportar el peso de nuestro pensamiento. Estando en el aire, ¿a qué nos atrevemos? Hay un nuevo tipo de violencia en el aire. Lo veo. Lo siento dentro mío y dentro de mucha gente. Yo decidí escribir entonces. El trabajo en escena es terreno de reconocimiento y disección de estos sentimientos censurados y amorales que no nos permitimos expresar del todo. Algo del trabajo final me permite percibir por qué algunas cosas son como son".
Daniel Veronese
sobre Mujeres soñaron caballos